sábado, 22 de noviembre de 2014

Brindis a los vinos de Alicante





Al sacar el corcho el vino se alegra.

Nos saluda con un taponazo: ¡Aquí estoy, salud!
es como si nos diera las gracias por
haberlo vuelto a la vida que es una corta fiesta.

¡Aquí estoy bailando, cantando y derramado
por tu boca, por tu camisa y por las mesas!
No soy tímido, ya estoy en fiesta
de moros y cristianos por toda la terreta
No me conoces pero soy hijo de las cepas
más tradicionales del  castizas del Mediterráneo.

Gotas mojadas de rocío tinto y blanco:
que al beber, sorbo a sorbo, se roza con los
labios  amantes, pues el vino son besos y abrazos.

Alza el vaso y brinda con el corazón abierto
brinda por la salud y para que pronto
podamo vernos. Pues soy como Aladino
que al frotar la botella
se abre como una lámpara mágica.

Embriágate de amor y de vino de Alicante,
sonríe y baila, pues soy la alegría licuada
de estas tierras del Vinalopó o la Marina Alta,
abiertas al aire marino pues soy rayo enamorado.


Brinda por la vida y por Noé Patrón de los bebedores,
por Baco y su corte de bailarinas.
Antes de que acabes esta botella abre otra:
¡cuánto hace que no os veíamos!
No pierdas la ocasión de regar esta paella
con la bendición de esas parras y esos pámpanos
que el buen agricultor cuida y nos saluda.

Al salir de Alicante en avión aligera
 el equipaje y llévate unas botellas mías
de este néctar de Fondillón para alegrar a la familia,
a los amigos que esperan el Sol de España embotellado.

Al sacar el corcho el vino se alegra
como si un preso le quitaras las cadenas,
como si le abrieran la cancela,
por eso en la boca salta de alegría.

¡SALUD Y FUERZA...!

Ramón Palmera. Alicante, 22 de noviembre 2014

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