lunes, 15 de julio de 2013

Ermita de San Pascual Baylón. Poema de Ramón Palmeral


 Cuando llego a ti torre de fe y de esperanza,
 donde duermen los vencejos,
 tu cruz al cielo alcanza, mi cuerpo
 torpe llega disuelto y sin ganas.

Un camino asciende entre pinos peregrinos
 a los que envidio su alzada, y
 entre cuidado jardín de capuchinos,
 vuelvo a mirar el prodigio de tu paisaje
 por donde el Vinalopó trazó su sombra de agua.

En el entrar en la ermita, cueva dulce y grata,
 me espera San Pascual con su dulce mirada, y manos
 abiertas para acoger mi alma descalza.

Al ponerme de rodillas frente a tu humilde
hábito de monje, tan cerca del cielo
en la Oritos montaña, siento diluirme
en una forma que ha cambiado mi maltrecho
cuerpo sin alas.

Salgo alegre y levitando, sediento de olvidados,
 empezar de nuevo porque allí arriba
 en la ermita habita la esperanza y una luz grave
luz sagrada  iluminando el entendimiento,
 vuelo de paz como un ave que despertó
de su letargo cual yo pecador de diarios vicios.

San Pascual Bailón tienes ¿algo? que contagia,
ejemplo de vida ermitaña, pobre  de riquezas
 terrenales, pero rico en espíritu, fuerza y esperanza.

Volveré como peregrino y con flores, a poner mis pies
cansados sobre el divino suelo de tu cueva,
del que no soy digno habitante ni
de tu mismo aire: fervor de luz, llave de la verdad.  

Día de Navidad de 2011

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